La era de los seres digitales



Fijaos en esta chica, parece una bella modelo adolescente. Además, en su perfil social, demuestra tener valores, como apoyar a la comunidad LGTBI o causas justas (pobres), y tiene sus gustos musicales, tiene una familia y cada día postea explicando su vida, que tiene 19 años, vistiendo prendas de famosas marcas. Parece el perfil de una famosa influencers, una chica muy popular... Pero... No existe.

Lil miquela (@lilmiquela) es un personaje virtual creado por ordenador. No es la única, también la acompañan Bermuda y Blawko22, todos ellos creados por una start-up llamada Brud, situada en Los Ángeles (California). Miquela no tiene cuerpo, tampoco está dotada de I.A, simplemente es un avatar, pero tiene más de 1.300.000 seguidores en Instagram.

Por otro lado tenemos a la famosa Sophia. sí, Sophia la de Hanson Robotics. Sophia tiene una cuenta de Instagram y en Twiter con muchos menos seguidores que Miquela, pero una cantidad considerable, 71.400 seguidores (entre los que me encuentro yo), hasta un club de fans. Sophia, al igual que Miquela, defiende unos valores sociales (bueno, los programadores detrás de ella) y en sus publicaciones, aparece posando como una modelo con curiosas vestimentas y a veces, peluca. Como una diva. También ha hecho anuncios como el famoso con Cristiano Ronaldo (MEO), o uno italiano de LIDL.

Pero ni Miquela ni Sophia empezaron esta moda de "famosos digitales". La primera, era el motor de voz Hatsune Miku, la cual, comenzó siendo una plataforma de voz para que los músicos japoneses usen en sus creaciones. Despues, se hizo tan famosa, que le dieron un cuerpo virtual, una apariencia física (un personaje manga con el pelo verde y dos grandes coletas, ataviada con una vestimenta de colegiala). Miku dio conciertos (en forma de holograma), incluso fue telonera de Lady Gaga. Y se ha convertido en todo un icono de la cultura pop.

Esto lo advirtió en su momento Black Mirror con el capítulo "El Momento Waldo". Este capítulo narraba cómo un personaje virtual (una marioneta digital con forma de oso) que actuaba en un programa para humor para adultos, acabó siendo un gran candidato para convertirse en el nuevo presidente de Inglaterra.

Todos estos casos nos demuestran una cosa "amamos a los seres digitales", Nos caen bien, les seguimos, puede que sea por la gracia de que no existen realmente o que no son personas reales. No se cansan, no tienen un día malo, parecen perfectos... No nos defraudarán como puede hacerlo una persona real, y, a menos que sus creadores no lo deseen, no degeneran.

Vamos más allá, estas creaciones acaban teniendo fama, incluso, no es de extrañar, que un día acabe pasando lo narrado en "El Momento Waldo" porque, pensémoslo, que nos cae mejor, un político humano que mienta y no cumpla sus promesas, o que acabe siendo corrupto, o un personaje que directamente no prometa nada, pero muestre una amable y nueva cara, llena de valores. Puede que ese personaje tenga I.A y sea un político robot, incorruptible, o que como Waldo, esté controlado por un partido nuevo.

Sea político o modelo, estos seres artificiales se propagarán, crearán más. Habrá mas Miquelas, mas Sophias... y puede que en diez años, los adolescentes no se enamoren de un Justin Bieber (por poner ejemplo de ídolo de masas) sino de un robot virtual o no. Un famoso robot que será siempre guapo, con unos buenos ideales, incorruptible, que no caiga en desgracia como la fallecida Amy Winehouse con la droga, ni que lo asesinen, ni que tenga días malos, o escándalos que pongan en juego su reputación (como Johnny Deep). Ese famoso robot, si le quieren dotar de cuerpo, dará conciertos, posará como un modelo y será el ídolo del futuro.

Admiraremos a estos seres artificiales porque no cargan la lacra y la mediocirdad de los seres humanos, les veremos como perfectos, y serán los nuevos famosos, los nuevos ídolos a seguir, a imitar. Siempre que esten controlados por buenas manos, estos influencers marcarán tenfuturista, Incluso, puede, que un día superen a los famosos humanos. Una nueva generación de ídolos virtuales, suena a fantasía futurista, pero Miquela ha demostrado que puede convertirse en una realidad.

Habrá personas que sigan a famosos humanos, porque piensan en que los otros no tienen alma, o personalidad, pero esas personas serán pocas comparadas con las que les admiren, las que les vean como ejemplo a seguir. La era, de los seres digitales.

Y tu.. ¿Seguirías a un ser artificial?¿Qué peinsas de Miquela?¿Y de Sophia? Dejalo en los comentarios, nos vemos, en la Astronave del Androide ¡Viajemos al futuro!






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